Se trata de un single malt de Speyside, liviano, natural, dulce y clásico. Madurado en barricas de roble americano que alojaban bourbon y jerez. De color claro y de cuerpo medio, tiene un aroma fresco con un toque de limón. Su gusto es dulce con notas de caramelo. De final duradero, es un éxito en ventas en todo el mundo.
En 1897, John Hopkins descubrió un lugar único en el corazón de Speyside, ideal para fabricar whisky. No fue sencillo, pero valió la pena. La región ya era conocida por su whisky y esta compañía trajo innovación y determinación para hacer las cosas con excelencia. La destilería Speyburn logró bebidas extraordinarias gracias a la pureza del agua con las que las elaboraron. Más de 100 años después sigue siendo famosa por su agua cristalina.